Lo que para un decorador puede ser un sueño, para nosotros puede resultar una pesadilla.

No todo el mundo tiene claro cómo desea decorar un nuevo hogar y si uno se encuentra en tal situación, lo mejor es planificar desde el principio y ser metódico.
Primero de todo es necesario revisar el estado de nuestra vivienda, elegir un estilo y planificar el espacio, teniendo presente el presupuesto con el que se cuenta. Para ello se aconseja dejar un margen del 10%.

Es importante revisar el estado de la pintura, los suelos, la carpintería, las instalaciones eléctricas, etc.
Si se necesitan hacer reformas importantes, deberán atenderse a las licencias y a la necesidad de contratar profesionales. También es una buena idea consultar si las reformas pueden estar subvencionadas por las administraciones.

Así pues, manos a la obra. Primero deberán tomarse las medidas de cada estancia del hogar para distribuir los muebles más adecuados, examinando factores como la iluminación, la amplitud, la temperatura, la orientación o los ruidos.
Debemos ser conscientes de nuestras necesidades y de las posibilidades del espacio. Existen multitud de estilos, por ejemplo, minimalista, industrial, clásico, rústico, contemporáneo, retro, escandinavo, vintage, étnico, ecléctico… que deben ir acordes con nuestra personalidad. Una vez elegido, le ofrecerán a las estancias el toque necesario para poder disfrutar de un hogar acogedor.